NUESTRA HISTORIA: MÁS DE 100 AÑOS DEDICADOS A LA LANA

1920

Nuestro abuelo, Julián Cobo, empezaba el aprendizaje de estos oficios en el taller de mantas Victoriano López. Familia sin descendencia directa, Julián fue acogido como un miembro mas de la familia

1940

Julián toma los mandos del taller y se traslada a un pequeño taller a las afueras de Mota, en el Camino Real Alto, 42. Allí trabajó de sol a sol. Unos años más tarde se casó con Misi con quien tuvo cuatro hijos. Dos de ellos, Teodoro y Ramón, aprendieron el oficio que su padre les trasmitió con amor y dedicación.

"ENTONCES LA LANA ESTABA BIEN VALORADA. LA ESQUILA VALÍA 1 PESETA Y POR LA LANA PAGABAN 100"

1960

El tractor y la maquinaria agrícola empieza a ganar importancia en las localidades rurales y esto hace descender de forma drástica la venta de mantas de mula y labores agrícolas.

1968

Julián junto con sus hijos Ramón y Teodoro ven obligados a parar los telares y focalizar sus esfuerzos y trabajo en la preparación e hilado de vellones de lana para fabricantes de moqueta y alfombras.

1975

Teodoro y Ramón, se casan con dos hermanas, Alicia y Eva. Ambas familias además de apellidos comparten casa y forman una familia muy unida. Tanto es así que sus hijos se criarán como hermanos: Leopoldo, Raquel, Jesús, Marta, Eva, Rebeca, Sonia y Ramón.

1983

Tras ganar protagonismo y prestigio como fabricantes de hilos de lana de gran calidad, instalan un pequeño lavadero de lana en Mota del Cuervo.

"LOS HILOS DE LOS COBO SON DE MUY BUENA CALIDAD" ERA ALGO QUE YA SE ESCUCHABA ENTONCES

1990

La lana comienza su retroceso más brutal. Su consumo empieza a decaer de forma drástica debido a la fuerte presión de las fibras sintéticas. A los problemas de la falta de demanda se les suma la descentralización de los procesos productivos y la fuerte competencia de productos provenientes de Asia.

2000

En un trágico accidente, Teodoro pierde la vida y Ramón (padre) pide ayuda a sus hijos y a los de Teodoro para ayudarle a mantener este oficio. Algo que no era nuevo para ellos puesto que ya conocían el trabajo de haber

2009

La lana pierde casi la totalidad de su valor y protagonismo creando perdidas económicas no sólo para pastores locales sino que también pone en serio peligro de viabilidad los procesos de producción primarios como el de nuestra familia.

2019

Tras ver que el lavadero de Mota es uno de los tres que siguen vivos de los mas de 70 que llegaron a existir, llegó el momento de actuar para no tener que terminar cerrando. Así decicimos crear el proyecto Wooldreamers.

2021

Wooldreamers crea un puente entre los pastores locales y el consumidor final consciente, que a través principalmente de sus agujas de punto de media dan un valor y una dignidad a un oficio y una fibra tan importante como la lana. 

2022

Restauramos y rehabilitamos el mismo espacio donde los telares de nuestro abuelo Julián resonarón por ultima vez, dotándolo nuevamente de telares artesanales que dan vida de nuevo al oficio original de la familia.

2023

Creamos Wool4life con el objetivo de a través de una artesanía ética y de vanguardia crear un motor con el que seguir devolviendo a esta fibra y a sus oficios el valor que nunca debieron perder. 

NOS NEGAMOS A QUE NUESTRO OFICIO DESAPAREZCA CUANDO TRABAJAMOS LA MÁS NOBLE DE LAS FIBRAS